Dibujar el cielo con Hedda Sterne
Hedda Sterne tiene una obra tan prolífica y variada que invita a lanzar un reto creativo por cada una de sus obras. Hagamos aquello con lo que la artista soñó tantas veces.
No hace mucho tiempo descubrí la obra de Hedda Sterne mientras buscaba información sobre la coleccionista de arte Peggy Guggenheim.
En 1943, Guggenheim montó una exposición en Nueva York para mostrar el talento artístico de las mujeres y quejarse del estatus de “la mujer artista como modelo, musa o amante”.
Y allí estaba ella: Hedda Sterne.
Como suele ocurrirme cuando descubro la vida y obra de mujeres fascinantes, rápidamente me obsesiono y me empapo todo lo que puedo con su arte, su obra y su propia vida.
Todo me fascina de ellas, y me inspiran de un modo muy profundo para dejar volar mi creatividad.
Siento que me han robado a todas esas mujeres referentes en las que proyectarme, a las que admirar y de las que aprender, y ando buscándolas por todos los rincones de su vida, tanto personales como profesionales.
La obra de Hedda Sterne fue tan prolífica y variada, que una no puede más que inspirarse en cada uno de sus trabajos y ponerse a crear.
¿Quieres conocerla? ¡Vamos allá!
Prepárate la bebida que más te apetezca, unos minutos para ti misma y lánzate a conocer la maravillosa vida creativa de Hedda Sterne, e inspirarte en ella para crear como una chica.
¿Quieres que más personas conozcan el trabajo de mujeres creadoras?
Así fue la vida de Hedda Sterne
Me imagino a Hedda Sterne en su infancia como una niña prodigio, es imposible verla de otro modo cuando descubres que a los 6 años leía por puro placer, y que a los 11 ya había leído a Dostoievsky y a Proust.
Para nuestra suerte, Hedda Sterne empieza a estudiar arte porque es buena en dibujo, y sus padres le permiten hacerlo.
Durante toda su etapa de aprendizaje sueña con ir a París, porque entonces todo lo interesante sucedía en la capital francesa. Y ella hojeaba revistas y pensaba que allí, en París estaba todo a lo que ella aspiraba
Finalmente, su sueño se hace realidad y se traslada a París, al atelier de Léger, uno de los principales protagonistas de la vanguardia parisiense de la primera mitad del siglo XX, pero ella nunca lo vio por allí 🤫
Dos años después de llegar a París, en 1932, se casaría con su primer marido, Frederick Sterne, y estaría entonces entre Bucarest y París.
Sin embargo, con la llegada de la guerra, y siendo ella judía, huye de los nazis vía Portugal y consigue llegar sana y salva a Nueva York, ciudad de la que se enamoraría irremediablemente.
Allí la comunidad de expatriados era muy influyente, y Hedda Sterne conoció a muchísimos artistas
¿Sabías que fue ella quien aconsejó a Antoine de Saint-Exupéry que fuese él quien dibujara las ilustraciones de El Principito?
«Me llamó para preguntar el nombre de un buen ilustrador, y le dije, hazlo tú. Tus dibujos son excelentes. Y lo convencí. Fue con el editor y usaron sus ilustraciones. Y me escribió una nota de agradecimiento. La carta fue muy importante para mí, la idea de que participé, de que apoyé algo que se volvió tan importante fue extraordinario para mí»
Aquella extraordinaria red de apoyo entre artistas de la época, fue la que la llevó a Peggy Guggenheim, con la que entabló una relación de amistad y profesional.
En Nueva York creció de un modo extraordinario como artista mediante el surrealismo.
Se obsesionó con la inmediatez: quería pintar las formas y líneas de su casa, los paseos en coche con su segundo marido y aquellas carreteras a toda velocidad. Nueva York le inspiraba de un modo auténtico y único.
Hedda exponía en varias galerías en las que coincidía con muchísimos otros artistas de vanguardia, y eso la llevó a la famosa foto de la revista Life, por la que la conoce muchísima gente.
La foto de Life por la que fue conocida
Muchas personas conocieron a Hedda Sterne por la famosa foto de la revista Life en 1950.
Veamos la foto:
«Soy más conocida por esa foto que por ochenta años de trabajo. Si tuviera ego, me deprimiría»
En la foto, pueden verse a varios de los mejores pintores de la época, los fundadores de la Escuela de Nueva York. Verás a Pollock en la parte central.
La foto se realizó para ilustrar una protesta de los artistas que escribieron una carta al presidente del Metropolitan Museum (ese mismo que estos días es noticia por la Met gala) porque consideraban que el jurado para organizar una exhibición de arte contemporáneo era demasiado conservador.
A los firmantes se les llamó «Los irascibles».
Cuando Hedda llegó para hacerse la foto, ni siquiera había una silla para ella y muchos de sus compañeros no la querían allí.
Decían que la protesta perdía peso con una mujer entre ellos.
Imagínate a todos esos hombres con su masculinidad herida, mientras a Hedda le hacían subir a una mesa, y colocarse por encima de todos.
Y allí quedó, inmortalizada para siempre, sobre sus cabezas.
La Chica de la bañera
Otro de los motivos por lo que muchas personas llegan al trabajo y la vida de Hedda Sterne es por su segundo marido, el dibujante Saul Steinberg y su conocidísimo dibujo: La Chica de la bañera.
Sí, ella es Hedda Sterne, y esa es la bañera de su casa, donde vivió hasta su vejez.
La visibilidad de las mujeres artistas siempre ha quedado dependiente de los hombres con los que se relacionaban. Por ese motivo, es tan importante empaparnos de su vida y su arte y ponerlos en valor.
Salirse fuera de la caja
«Una de esas cosas que no soporto es que toda vez que alguien habla de ti, inmediatamente tratan de ponerte en una caja. Influenciada por este y por este otro, derivado de este y aquel… Pero no derivamos directamente de nadie» H.S
Confieso que, durante muchos años, consideré que una artista o cualquier persona creativa debía tener un estilo definido, con carácter y huella propia.
Eso a lo que llamamos marca personal: aquello que nos hace diferentes y reconocibles y que, muy a menudo, no tiene que ver con la creatividad, sino con la comercialización de lo que creas.
La marca persona nos puede encasillar y nos hace quedarnos en espacios reducidos.
Si nos basamos en la marca personal se nos valorará por lo que generamos y no por lo que creamos.
La obra de Sterne es un pequeño canto a la libertad creativa.
Ella consideraba el arte como una forma de mirar y de comunicar, y para ello utilizaba las técnicas que le permitían hacerlo en cada momento.
Por ejemplo, utilizó el spray para dibujar las carreteras. Aunque era considerada una técnica menor, el spray le permitía plasmar la velocidad.
Peggy Guggenheim le reprochó que su pintura no tuviese un estilo propio, pero Hedda consideraba que aquello a lo que llamaban estilo propio era más bien ego propio.
Una de las cosas que nos enseña Hedda Sterne es la necesidad de despegarse del propio ego y explorar otros caminos.
Caminos que quizás no nos definan de antemano, pero nos permitan llegar a lugares distintos.
Y no, no sólo me refiero a temas artísticos.
Los mil estilos de Hedda Sterne
Si hay algo que tenía claro, es que quería empezar mi iniciativa #creacomounachica con Hedda Sterne, porque inspiraría a casi todas las mujeres (y el resto de personas), sea cual sea su estilo creativo, y muy especialmente a las que decís que no tenéis estilo creativo y que no sabéis dibujar ni una mijita.
Hedda lo dibujó todo, y en todas las técnicas: Collage, aerógrafo, acrílico, gouache, grabado…
Así que te propongo lo único que Hedda Sterne se dejó sin pintar y quiso pintar siempre…
«Solía soñar con hacer pinturas en el cielo con aeroplanos. Me hubiera gustado eso muchísimo, ¿sabes? Escritura en el cielo. Tan sólo imaginarlo, ya es bueno» H.S.
Dibujar sobre el cielo con Hedda Sterne
Y este es el ejercicio creativo de hoy Dibujar sobre el cielo ¡No! No vamos a hacerlo en aeroplano. Aún la plataforma no da para tanto, y tampoco sería muy sostenible. Lo vamos a hacer mucho más sencillo, y te lo explico a continuación.
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