Leonora Carrington, lo femenino y la imaginación espontánea
Cuando el autodescubrimiento se convierte en un arte que nunca cesa.
Después de unos días con una pequeña infección, es hora de ponerme al día con vosotras.
La semana que viene será realmente intensa, porque sale otra biografía, el curso de cómo aprender a hacer tu propio CommonPlace Book, y tenemos nuestro primer encuentro Crea Como una Chica. Toda la info aquí.
Ahora, te invito a conocer la vida de Leonora Carrington, una de mis artistas favoritas, de esas que nunca dejas de descubrir cosas en sus obras.
Llegué a ella por mi obsesión por estudiar la relación entre surrealismo y locura, y allí estaba ella, junto a otras mujeres, llegando a zonas mucho más profundas en el arte surrealista que su propio fundador.
Leonora Carrington ha sido una de las artistas más significativas de nuestra historia, y, a pesar de ello, tuvo que enfrentarse continuamente a un patriarcado voraz, reflejado de manera perfecta en esas criaturas indescriptibles de sus obras.
Hablar de Leonora Carington es hablar de magia, cuentos celtas, alquimia, tarot y misterio. Pero sobretodo es hablar de imaginación, una imaginación extraordinaria y libre que nunca dejó de expresar.
¿Quieres conocer a la protagonista de hoy? ¡Vamos allá!
Prepárate la bebida que más te apetezca, unos minutos para ti misma y lánzate a conocer la fascinante, trágica y larga vida de Leonora Carrington, e inspirarte en ella para crear como una chica.
¿Quieres que más personas conozcan la vida y obra de Carrington? Comparte esta publicación.
Así fue la vida de Leonora Carrington
Leonora Carrington nace en Clayton-le-woods en Lancashire (Inglaterra) un día de abril de 1917. Hija de un magnate textil, los primeros años de su vida los pasa bajo el cuidado y la influencia de su abuela, su madre y su niñera. Todas ellas de origen irlandés que le narraban fábulas celtas.
Durante su juventud, asfixiada por una educación patriarcal y autoritaria, Carrington encuentra en el arte una forma de expresar su malestar social y familiar.
En 1932, ingresa en la Academia de Miss Penrose en Florencia, y es en la Academia de Amadée Ozenfant en Londres, donde comienza a explorar el surrealismo. Sin embargo, no es hasta 1936, cuando conoce al artista Max Ernst, que queda completamente fascinada a nivel personal y profesional por él. Entonces se sumerge completamente en el surrealismo.
En París, Carrington y Ernst, se envuelven de toda la esfera artística del momento: Salvador Dalí, Pablo Picasso o André Bretón, y ya desde ese primero momento Carringon rechazó ser la musa, y se considera a sí misma artista.
Como a tantas otras de las artistas de las que aquí hablamos, la vida de Leonora se ve interrumpida de un modo realmente trágico por la Segunda Guerra Mundial. Su pareja, Max Ernst, es enviado a un campo de concentración y ella huye a Madrid. Allí le sucedería algo que marcaría su vida y su obra de un modo radical: sufre una crisis psicótica y además, es víctima de una violación grupal de unos militares. Entonces, su padre la ingresa en un centro psiquiátrico en Santander, donde se pasó la mayoría del tiempo atada y desnuda. De esa experiencia nacería Memorias de abajo, donde narra el sadismo que vivió durante su estancia en el psiquiátrico.
Voy a darte una buena noticia después de tanta tragedia: Leonora consigue escapar del psiquiátrico y acaba estableciéndose en México, donde se una a la comunidad de expatriados, donde también estaba su gran amiga Remedios Varo.
México influirá en su obra de una forma notable. Allí se casa con el fotógrafo Emerico “Chiki” Weisz y tiene dos hijos.
En los años 60, Carrington participa activamente en el movimiento feminista de México, defendiendo los derechos de todas las mujeres.
Finalmente, tras una vida única, llena de imaginación, tragedia, amor y obras de arte extraordinarias, Carrington fallece a los 94 años de edad en Ciudad de México.
Su legado nos deja obras complejas, llenas de esoterismo, feminismo, ecologismo, y una forma de vivir la imaginación muy personal.
«La razón debe conocer la razón del corazón y todas las demás razones»
Leonora Carrington
La amistad con Remedios Varo
Cuando en el mundo del arte se habla de mujeres artistas, se suelen enlazar siempre a hombres de la época. En el caso de Carrington, su vida artística y personal se une a Ernst o a otros artistas del surrealismo. Muchas veces, y esto lo veremos en la próxima entrega de Crea Como una Chica, convertimos la vida de las mujeres artistas en un anecdotario de sus compañeros hombres.

Por ese motivo me parece importante hablar de la amistad entre Remedios Varo y Leonora Carrington, porque la amistad entre mujeres artistas hacía que crecieran mutuamente a nivel personal y artístico.
Remedios y Leonora se conocieron en París a finales de los años 30. Ambas eran extranjeras y ambas acabaron huyendo de Europa. Las dos llegaron a Europa, exiliadas del surrealismo europeo, y se encontraron en un proceso de resurgir de las ruinas y reconstruirse personal y artísticamente.
Encontrarse en ese momento exacto en el que dos personas viven situaciones similares y pueden explorarlas a través de la amistad es algo que sucede pocas veces, y eso lo convierte en extraordinario.
Las dos artistas disfrutaban de juegos de palabras, inventaban personajes para sus historias y compartían recetas de cocina, creando un espacio de complicidad e intercambio creativo.
De hecho, sus obras tienen muchas similitudes. Las dos tratan temas como el misticismo o la condición femenina, y hay personas que dicen no saber diferenciarlas.
Otra artista se convierte en el anclaje perfecto para crear un triángulo mágico: la fotógrafa Kati Horna.
Las casas de las tres artistas en méxico se convierten en el lugar donde ocurre todo: organizan fiestas, viven en familia, crean, acogen a amigos, y es ahí donde Kati Horna fotografía toda esa magia.
La casa-estudio como espacio creativo
Las casas-estudio, donde la vida fluye con todas sus facetas, son una faceta muy importante en la vida de muchas mujeres artistas.
Leonora Carrington organizaba fiestas, criaba a sus hijos y pintaba todo en un mismo lugar: su casa.
Para los hombres, la casa simboliza el sitio de descanso, y los espacios de trabajo (ya sean artísticos o no) están libres de cuidados, niños o interrupciones. Sin embargo, para muchas mujeres artistas, las casas son un lugar donde la creatividad y la vida cotidiana fluyen y se entrelazan. La casa se construye como un espacio flexible, adaptable y social.
Esta es una opinión muy personal, pero quizás nos hemos empeñado durante años en buscar espacios similares a los de los hombres: talleres estancos donde no entre más que la creatividad. Si observamos las casas en México de Frida Kahlo, Leonora Carrington, Remedios Varo o Kati Horna, vemos espacios visibles, donde el arte entra y se entrelaza con todo lo demás: las amigas, los cuidados y las tareas.
¿Trabajas en casas? ¿Cómo lo compaginas? ¿Tienes un espacio exclusivo o como nuestra protagonista, tu espacio se abre y crea costuras entre la vida familiar y la profesional?
«El arte es una forma de liberación, una vía para escapar de la prisión de la realidad» L.C
La imaginación como motor creativo
¿De dónde vienen las criaturas que inventa y pinta, esculpe y dibuja Leonora?
Ni siquiera ella sabía contestar a esa pregunta. Era muy consciente de cómo las creaba, pero no dónde nacía la idea. Supongo que la mente de Leonora era tan genial y genuina que la imaginación brotaba casi como una maldición.
Su obra se convierte en un bestiario ilustrado lleno animales polimorfos, seres y espacios surrealistas, una vía de escape de la realidad, donde encontrar nuevos mundos esotéricos, a veces perturbadores, donde la imaginación de Leonora se abre de par en par y baila con la propia realidad de la artista. Ese mundo entre lo onírico y lo real convierte sus pinturas en escenas magnéticas a las que no podemos dejar de mirar.
Su interés por la magia, la alquimia, el tarot, los cuentos de hadas y lo femenino dejan un legado de obras magníficamente dibujadas, donde las mujeres tienen un papel protagonista, retando así a la figura siempre pasiva de estas en la vida real y en las obras de arte.
Leonora Carrintgon es una auténtica surrealista, que descendió al infierno y allí encontró arte. Su obra es tan importante por cómo explora el subconsciente de un modo tan auténtico como perturbador, sin evitar hablar de la locura.
Para Leonora la imaginación es una fuente inagotable de creatividad y le permite explorar su propia identidad y la identidad femenina colectiva. Sus personajes colosales y cuidadoras de lo femenino (representado por el huevo) y desafían a los estándares de musa de la época.
Spoiler: en el ejercicio creativo de hoy vamos a explorar ‘‘lo femenino’’ nosotras mismas. El arte es una forma de manifestar y explorar lo que somos, a nivel personal pero también a nivel colectivo. Únete a Crea Como una Chica y exploremos juntas ‘‘lo femenino’’ inspiradas en Leonora Carrington.
Su arte nos invita a explorar nuestro subconsciente, manifestar lo que somos las mujeres y mezclar realidad con imaginación de un modo poderoso.
En el ejercicio de esta semana vamos a explorar las propias fortalezas que tenemos como mujeres y daremos nuestra visión de ellas.
¿Te animas a hacerlo?
Crea Como Leonora Carrington
Hoy te propongo un ejercicio que mezcla lo simbólico, lo femenino y la creatividad espontánea.
El ejercicio es sencillo y muy poderoso:
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