Nosotras que hemos creado en una isla #Parte 1
Conoce la historia de cuatro mujeres que experimentaron una transformación creativa gracias a las islas que habitaron
Crea Como una chica es un espacio de inspiración creativa. Durante el mes de abril el hilo conductor va a ser las islas, y vamos a conocer las historias inspiradoras de varias mujeres que experimentaron una transformación creativa gracias a las islas que habitaron. Si quieres recibir próximas entregas, súmate a este círculo creativo.
El sol está a punto de caer. Los últimos árboles antes del acantilado te refugian del viento. La pinaza cae como un llanto que intenta narrar el dolor contenido y la furia salvaje de sentirse vivo allí en lo alto. Abres la mochila, extiendes una toalla y te sientas a la espera de que el sol desaparezca en el horizonte. Esta parte de la historia ya te la sabes: el azul se apagará, en el cielo se iluminarán las estrellas de otras galaxias y regresarás a la cabaña. Pero nunca te cansas. Porque esa es tu isla, y es hermosa.
Ahora que te he dejado en tu propia isla, acompáñame a recorrer la vida insular de dos artistas que van a inspirar tu lado más salvaje.
La isla de la libertad de Tove Jansson
En una pequeña cabaña de ventanas azules, la escritora e ilustradora Tove Jansson (1914-2001) vivió junto a su pareja Tuulikki Pietilä (1917-2009), a la que con cariño llamaba Tooti. Allí, en pocos metros cuadrados de tierra, el mar Báltico era incapaz de contener la creatividad y el amor de la creadora de una de las familias más populares de los libros infantiles de Finlandia: los Moomin.
«Una isla puede ser terrible para alguien de fuera. Todo está completo, y cada uno tiene su lugar obstinado, seguro y autosuficiente. Dentro de sus orillas, todo funciona según rituales inflexibles por la repetición, y al mismo tiempo, deambulan por sus días con tanto capricho y naturalidad como si el mundo se acabara en el horizonte.» __Tove Jansson
Ah, qué maravilla la descripción que hace de la isla. En ese lugar completo y aislado, Jansson encontró una fuerza creativa única. Esto me lleva a reflexionar sobre cómo las limitaciones estimulan nuestro pensamiento lateral.
Verás, hay límites que nos vienen dados por nuestra clase social, el país en el que nacemos o nuestro género. Sin embargo, existen otras fronteras que podemos decidir nosotras mismas. Por ejemplo, trabajar nuestro arte en un formato concreto, usar disparadores o establecer rituales de creación.
Tove Jansson tuvo muchas limitaciones en su vida. Vivió su relación en los márgenes. Entonces la homosexualidad era ilegal en Finlandia y podías ir a la cárcel. Pero ella también se impuso sus propios límites, quizás el más brutal de todos fue vivir en su isla, Klovharu. Llegó allí como un naufragio, abrumada por su éxito como escritora y empujada por una sociedad que no la aceptaba. Sin agua corriente ni electricidad, vivió en aquel naufragio durante casi treinta años.
Allí escribió sus novelas más personales llenas de color y luz, y un diario que se recoge en «Notas desde una isla», donde narra cómo se manejan los silencios, la importancia de reparar las redes de pesca, y cuán necesarias son las manos cuando la mente te puede llevar a sitios a los que no quieres llegar.
Tove hizo real aquel juego en el que tenías que decidir qué tres cosas te llevarías a una isla desierta. Ella eligió una casa, el amor libre y su propio mundo interior.
Con eso bastaba.
Crea como una chica es un espacio autogestionado e independiente donde se visibiliza y se motiva la creatividad de las mujeres. Cada mes dedico a este proyecto horas de investigación, imaginación, dibujo y escritura. Si esta publicación aporta inspiración y enriquecimiento a tu vida, considera hacerte madrina y desbloquea todos los muros de pago.
Emily Carr y la isla de los árboles
Emily Carr (1871-1945) tiene una historia que contar. Toda su biografía es una red de apoyo para todas aquellas mujeres que se lanzan al vacío como muestra de insubordinación ante las reglas de este mundo. Las rebeldes, las maleducadas, las relegadas. Emily fue terca y fiel a sí misma, aunque eso le supusiera un dolor incalmable.
La pintora y escritora Emily Carr vivió la mayor parte de su vida en Victoria, Columbia. Sin embargo, su obsesión por la isla de Vancouver radicalizó su arte y su propia existencia. Viajó sola por lugares remotos, viviendo en comunidades indígenas y atrapando en sus lienzos la esencia de los bosques y la grandeza de los tótems que encontraba.
Emily experimentó el rechazo y la marginación del ambiente artístico de su época. Persistió. Quizás porque la necesidad de pintar la esencia de las cosas era mayor que la alegría de ser reconocida.
A menudo, nos dejamos llevar por las estrategias comerciales, los elogios y los likes. Pero, ¿qué trabajo artístico harías si nadie jamás fuese a verlo? ¿Qué es lo que te obsesiona y necesitas expresar?
«Los artistas están aquí para perturbar la paz.»__Emily Carr
En soledad, Emily Carr fue capaz de captar ese momento exacto en el que el viento sopla y empuja los árboles creando ondas indefinidas de verdes intensos. Pinturas que consiguen envolverte y meterte dentro. Obras en las que tú eres el bosque.
Emily también fue el bosque. Llena de árboles. Algunos se los talaron y otros siguen imperturbables al viento y a las heladas.
Volveremos a Emily Carr en un futuro, porque su historia nos atraviesa en muchas de nuestras propias preocupaciones: el ecologismo, los derechos humanos y el feminismo. Estoy segura de que escribiré una biografía completa más adelante.
Hoy me conformo con que te quedes con la imagen de Emily entre los altos árboles de los bosques canadienses, con un amor tan grande por lo que le rodeaba, que tuvo que llevárselo consigo. Para siempre. En sus cuadros.
Estas dos mujeres extraordinarias nos enseñan que las islas pueden ser tanto refugios donde aislarse como fuentes ilimitadas de posibilidades creativas.
En un mundo hiperconectado donde el aislamiento voluntario se ha vuelto un lujo, podemos aprender de estas artistas a crear nuestras propias «islas». Esos espacios mentales o físicos donde escuchar nuestra voz interior sin ruidos ni exigencias.
¿Qué isla necesitas habitar para que florezca tu creatividad? Tal vez sea el silencio de tu casa, un cuaderno en blanco o apagar las notificaciones de tu móvil.
Piénsalo unos instantes.
En la próxima entrega de este artículo (este domingo), otras dos mujeres nos harán ver las islas con una perspectiva completamente diferente. Esa es la maravilla del arte, que la visión de cada una es única, intransferible e irremplazable.
Me encantará leer la tuya en los comentarios.
Fuentes:
https://www.muumimuseo.fi/en/etusivu/
https://www.royalbcmuseum.bc.ca/about/explore/featured-collections/emily-carr-collection
«El libro del verano» o «Juego limpio» de Tove Jansson.
¡Hola! Acabo de descubrir estos textos y me han maravillado. Como artista, escritora y cronista de viajes y mujer, me siento súper conectada... ¡Mil gracias!
Qué lindo texto y tu ilustración es hermosa. Comprendo a Tove y a Emily, me identifico con ellas. Yo me fui alejando gradualmente de los grandes grupos humanos, desde una megalópolis hasta llegar a un lugar donde mi vecino más cercano vive a medio kilómetro. En medio de un paisaje natural, con mi esposo y nuestros dos perros, nuestras caminatas y una salida al pueblo cercano cada semana, soy la más feliz.