Crea como una chica

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Pino Ojeda: poeta, artista y rebelde cultural (todo lo que tú también puedes ser)
Biografías

Pino Ojeda: poeta, artista y rebelde cultural (todo lo que tú también puedes ser)

En plena dictadura fascista, una madre sola empezó a escribir, a pintar y a difundir el arte en su obra.

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Verónica Maraver
abr 27, 2025
∙ De pago
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Pino Ojeda: poeta, artista y rebelde cultural (todo lo que tú también puedes ser)
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Crea Como una Chica es un espacio de inspiración creativa. En el artículo de hoy vas a descubrir la biografía de Pino Ojeda, una poeta, pintora y emprendedora canaria que nos enseñará cómo el arte puede trascender situaciones extremas. Además, si eres suscriptora de pago, desbloquearás un ejercicio creativo inspirador.


Ilustración personalizada de Pino Ojeda. Se puede leer su nombre y ver la figura de Pino sobre el mar.

Me ha costado escribir sobre Pino Ojeda. Su vida es tan fascinante que no sabía poner el límite y dejar de pensar, investigar y aprender sobre ella. Sé que también me costará unos días separarme lo suficiente del universo de Pino como para entrar en el mundo de otra artista.

Cuando una se acerca a la obra de Pino Ojeda, tanto la literaria como la plástica, pronto se da cuenta de que la luz rebosa por sus palabras y sus lacas. Resbala casi de forma espontánea, como si conseguir iluminar textos y pinturas no fuese algo dificilísimo. No es una luz que la artista haya copiado en un paisaje.

Su luz es inventada, soñada y propia.

Y brilla, brilla, ¡brilla!

«Te entregabas como el alba, sin miedo por el sol,
sin temores por su crudo volcán dorado.
Te entregabas como la lluvia hacia abajo, sin pena por lo que inundabas, 
ahondando hasta la raíz tierna, sin reposo.
Te entregabas.
Eras todo tú como una llama sin fuego, ardiendo y muriendo.
Vibrando en el aire como la peonza en la mano inocente del niño,
ahora quieta, ahora desesperadamente volteando su carne.»

Después de varias semanas leyendo, escuchando y entendiendo cómo una madre sola durante la dictadura franquista consiguió ser poeta, escritora, galerista, emprendedora y artista plástica, hoy me siento preparada para escribir sobre la vida y obra de Pino Ojeda con la esperanza de que estas líneas aporten luz a vuestros propios caminos.

Esta biografía está narrada con mi voz, para que te la pongas en tus paseos, mientras pintas o cuando tú lo prefieras.

¿Quieres conocerla? Vamos allá.

La fotografía es un retrato de la artista Pino Ojeda de joven con los brazos cruzados y su cabeza sobre ellos, como si estuviese acostada. La foto es en blanco y negro.

Así fue la vida de Pino Ojeda

La luz en Gran Canaria es generosa. Los vientos alisios despejan el cielo y dejan pasar los rayos de sol. La luz incandescente de los volcanes también dejó su imprenta en el paisaje. La lava, ahora negra y quebradiza, está presente en todos los rincones de la isla. Allí, en El Palmar de Teror, nació bajo el sol de agosto de 1916 la protagonista de la biografía de hoy: María del Pino Ojeda Quevedo.

Pino convivió con la muerte desde muy pequeña. Todos sus hermanos fallecieron durante la infancia. Todos menos su querida Juanita, que lo haría a la edad de los 20 años. Con una madre distante, y un padre que tuvo que partir hacia Cuba en busca de sus familiares, es seguro que Pino creció con una notoria sensación de soledad.

Cuando su padre regresó se mudaron a Las Palmas. Allí, nuestra Pino soñaba con ser maestra mientras asistía de oyente a clase. No obtuvo una titulación oficial, pero aprendió literatura de manos de un escritor surrealista.

A los 14 años conoció al que se convirtió en su marido: Domingo Doreste Morales. En 1937 se casaron y pocos meses después, cuando Pino está embarazada, Domingo tiene que irse a la guerra. Él le confiesa que en la guerra solo le esperará la muerte, porque iba a ir con el arma descargada. Me gustaría explicarte que se equivocó, y que regresó con Pino, pero poco después de nacer su hijo, Domingo fallece ¡Maldita guerra! Sola, sin ayuda, y con un bebé a su cargo, Pino Ojeda cae en una depresión profunda de la que intenta aliviarse escribiendo sus primeros poemas.

«Siempre esperando.
Desde aquella muerte temprana
cuando aún estaban mis hojas tan verdes.
Qué esperanzada pisaba los campos.
Qué generosa y colmada mi mano.
Qué afanada tras la cosecha.

Noches interminables vigilaban
al viento por si traía un mensaje.
Esperas bajo el sol. Diálogos
con la luna tristísima de invierno.
Y qué dolor bajo el cielo que cubre
tanto silencio,
tanta pregunta sin respuesta.

Van pasando los años.
Nada sobre la tierra.
Ninguna posible esperanza.
Ninguna verdad madurando.
Sólo silencio.»

¡Qué duro ese silencio final! Un silencio que se queda ahí, se apodera de tu propio ser y acaba ocupando todo el espacio. ¿Cuántas veces has sentido ese silencio en tu propio cuerpo?

Amarrada a ese silencio, Pino Ojeda se metió en el mar con la idea terrible de no volver a salir jamás. La depresión la arrastró ola tras ola con la idea de morir. Entonces, abrió los ojos y regresó. ¿Qué le hizo regresar? No lo sé, ni siquiera creo que sea importante. Pino tuvo la suerte de sobrevivir a un suicidio.

En 1944, se trasladó a Tenerife para poder trabajar como secretaria recomendada por un primo de su marido. Allí, Pino Ojeda entró en contacto con el mundo artístico a través de figuras como el pintor Juan Ismael, quien la introdujo en la revista tinerfeña Mensaje, donde nuestra protagonista publicó sus primeros poemas. Este fue su primer paso en su trayectoria artística y literaria. El primer paso que lo iluminó todo.

Vivir entre Flores y Libros

Habíamos dejado a nuestra poeta en Tenerife. En aquella isla publicará su primer libro de poemas y conocerá a artistas y escritores como Minik o Eduardo Westherdal. Mientras una vida nueva se abre ante una Pino Ojeda creadora, su hijo sigue en Las Palmas con la abuela. Y Pino regresa a casa. A su isla. A Gran Canaria.

«Cómo quisiera ser tus pequeñas cosas
El aire que te roza y te acaricia
El polvo que te sigue y se te posa
El agua que desciende y te penetra.
La ropa que te cubre y te ausenta
La carne fuerte y olorosa.
El cuello que rodea tu garganta.
Yo quisiera ser.
Y quisiera ser tus manos, tus pies.
Pisar donde pisas y tocar lo que tocas.
Ser color y sentarme en tus pupilas.
Ser agua y verterme en tu boca.
Ser luz y en las mañanas
Abrir mis dos ventanas
Para que a la vida tú te asomes.
¡Ay, cómo quisiera ser para ti la nada
Y poderte ofrecer el más allá!»

Niebla de Sueños (1947)

Pino Ojeda sonriente en la escuela de arte
Pino Ojeda en la escuela de Arte

Una vez en Las Palmas, se apunta a la escuela de arte Luján Pérez y hace algo totalmente revolucionario para una madre sola en la España de los 40: abre su propia librería. Y a su librería la llamó Flores y Libros. ¿Cómo fue posible que una señora pudiera abrir un negocio en plena dictadura franquista? ¿Cómo sorteó todas las prohibiciones que sufrían las mujeres con el dictador Franco? ¿Cómo consiguió el dinero y el permiso? Mediante su cuñado. Fue él quien pidió el préstamo y le facilitó la apertura de su primer negocio.

Y allí, tras el mostrador de una tienda llena de libros, la poeta compaginaba su maternidad con sus clases en la escuela de arte, mientras se carteaba con Juan Ramón Jiménez y abría Gran Canaria al mundo del arte y las letras.

¿Qué hay más peligroso para una dictadura que las letras y la esperanza?

Crear en tiempos de represión

La temprana pérdida de su esposo fue un punto de inflexión en su vida, Pino encontró en la creación artística y literaria una forma de transitar el dolor, narrarse y sobrevivir.

Pero ser escritora y artista durante la dictadura franquista no era fácil. Aún menos si eras mujer. Por un lado, la censura. Esa mancha pringosa que lo ensuciaba todo. Después, la obligación social de que las mujeres tenían que estar relegadas al ámbito doméstico. ¿Qué era aquello de ser pintora, poeta, librera?

Pino Ojeda cruzó todas las líneas rojas: fue una artista curiosa y autodidacta, exploró diversas técnicas pictóricas y literarias, estableció lazos con la comunidad artística y creó sus propios espacios de creación y difusión.

De vuelta en la isla de Gran Canaria, Pino Ojeda, quien tenía un niño pequeño a quien cuidar, aprendió pintura y empezó a crear sus primeros cuadros en la Escuela de arte Luján Pérez. En ellos consiguió narrarse desde la perspectiva de la pintura.

En una época como la actual, donde la hiperespecialización es religión, y se nos dice que si somos escritoras lo debemos ser de un género muy concreto y no salirnos jamás de ahí, Pino Ojeda nos recuerda que la creatividad se expande si la abrazamos desde varias perspectivas y técnicas.

Verás, en sus primeras pinturas usaba técnicas como la encáustica (ceras muy cubrientes con pigmentos). A mí me llaman la atención las figuras geométricas que creaba. Estas creaciones estaban entre el cubismo (tan odiado por Franco) y la abstracción geométrica, ¿no te parece?

Obra de Pino Ojeda de figuración geométrica llamada Adoración a Ceres.
Adoración a Ceres, 1956 Encáustica en frío. 87 x 57 cm
*Aunque no existen muchas obras digitalizadas de esa época, en las fuentes de este documento te he dejado un catálogo bastante extenso con sus obras.

Fracasar es el camino

La faceta emprendedora de Ojeda se repetirá una y otra vez, y hará aquello a lo que muchas de nosotras le tenemos pánico: fracasar.

Fracasó con la librería. Fracasó en la edición de su revista Alisio, Hojas de Poesía. Fracaso con su galería de arte.

Nueva edición de la revista Alisio después del fallecimiento de Pino Ojeda.

Ay, el fracaso, esa cosa sin forma que nos han enseñado a medir solo desde una perspectiva capitalista. Pino Ojeda trajo literatura a un espacio aislado como lo era una isla en la postguerra, publicó a conocidos poetas y escritores de varias generaciones y comisarió exposiciones de artistas muy conocidos, atreviéndose a presentar arte moderno en una época de cerramiento mental y social. ¿Quién puede llamar a eso fracasar? ¿Los proyectos tienen que crecer eternamente? ¿Debemos triunfar a costa de todo lo demás? ¿Qué demonios es triunfar?

La madurez es Arte

Imagínate a nuestra protagonista con cuarenta y pocos años, un hijo ya mayor de edad, y dos fracasos a sus espaldas: la librería y su revista. Cualquiera pensaría que buscaría un trabajo y se dedicaría a sus poemas y pinturas. Sin embargo, se lanza a otro sueño: abrir su propia galería de arte.

En el número 64 de la calle Albareda, frente al mar, junto a la turística playa de Las Canteras, Pino Ojeda abre su propia galería de arte. Esta es mi etapa preferida de la artista. Pino, además de tejer una red de artistas de los que se nutre y a los que expone en su galería, empieza a experimentar con lacas, y entonces sucede esto:

Las lacas y los esmaltes se convierten en la técnica principal de la artista, con los que investiga y crea obras extraordinarias que evocan paisajes de Gran Canaria. Son paisajes inventados, que nos hablan también de su mundo interior, donde la pasión, el optimismo y la esperanza le permitieron vivir una larga vida dentro del arte.

Dime, ¿qué te parece esta etapa?


Crea como una chica es un espacio autogestionado e independiente donde se visibiliza y se motiva la creatividad de las mujeres. Cada mes dedico a este proyecto decenas de horas de investigación, imaginación, dibujo y escritura. Si esta publicación aporta inspiración y enriquecimiento a tu vida, considera hacerte madrina y desbloquea todos los muros de pago.

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Dejar de crear, nunca.

Pino Ojeda logró una gran maestría en el manejo de lacas y esmaltes, pero le pasó factura en la vista y en su salud. Tuvo que dejar de pintar. Sin embargo, siguió practicando con collage, incluso con dibujos en ordenador, cuando aun su uso no estaba extendido.

Yo, hoy, sentada junto al mar, he sentido un escalofrío al pensar en que en un futuro mi cuerpo no permitirá crear a este nivel o con estas técnicas. Es un miedo profundo y real, helado como en el agua de la mañana. Me paraliza. Sin embargo, mirando al Mediterráneo he sentido la calma de saber que encontraré el caudal para explorar formas nuevas donde dejar volar mi imaginación, y que esta nunca me abandonará porque es mía. Solo mía. Y eso nadie puede quitármelo.

La luz como base creativa

En sus poemas explora el amor. La piel, los anhelos y los rincones donde buscar la intimidad con el otro. Una intimidad que rara vez llega y a la que espera con cierta ingenuidad. La luz se convierte en esa esperanza inocente, casi infantil: «Ser luz y en las mañanas / abrir mis dos ventanas / para que a la vida tú te asomes».

En sus pinturas, a Pino Ojeda le debía suceder eso que nos sucede a muchas al observar un paisaje: que se nos mete dentro, tan dentro que a veces el cuerpo no puede contenerlo y nos da la sensación de que necesitamos ensancharnos para darle cabida. Y ella se abría las carnes en sus esmaltes y lacas.

En todas las obras de Pino Ojeda, la sombra coexiste con la luz, pero esta última es la auténtica protagonista. Es como si quisiera dibujar la pasión y el optimismo de sentirse viva en un mundo tan difícil de habitar.

Usó la luz en todas sus expresiones artísticas. Y en todas lo hizo con una creatividad sublime. ¿Cómo es posible que no conozcamos casi nada de esta artista española?

La vida y obra de Pino Ojeda demuestran que, incluso en las circunstancias más restrictivas, la creatividad puede florecer como un acto de resistencia. Su ejemplo es un poderoso recordatorio para las mujeres creativas de hoy sobre la importancia de la autonomía, la perseverancia y la búsqueda de la propia voz.

Muchas mujeres siguen creando en circunstancias desafiantes. ¿Eres tú una de ellas? ¿Escribes desde el exilio? ¿Desde un rincón diminuto de tu vida? ¿Desde el conflicto, la pobreza, los márgenes, los cuidados?

Pino Ojeda es una ventana abierta de par en par a la perseverancia y la rebeldía creativa. Un recordatorio de que hay caminos para nosotras esperando a ser transitados.

Solo tenemos que tener el coraje de salir del mar y dar el primer paso.

Crea como Pino Ojeda: Tu Isla interior

A continuación voy a proponerte un ejercicio para que, inspirada en Pino Ojeda, puedas desarrollar tu creatividad desde una perspectiva nueva. Los disparadores creativos que sugiero te pueden servir para los tres ejes en los que creo que la creatividad se sostiene: la curiosidad, el autoconocimiento y el juego. Verás, hoy vamos a crear nuestra propia isla interior con un paso a paso detallado.

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