¿Quieres volver a escribir una carta?
Durante los meses de julio y agosto vamos a volver a escribir cartas
¿Cuándo fue la última vez que recibiste una carta? Hablo de una de verdad, de las analógicas, de cartero, buzón y sobre.
Sí, sé que has pensado muchas veces en retomar el hábito de escribir cartas, tomarte el tiempo y la paciencia para escapar de la vida digital y que te has planteado buscarte una amiga por correspondencia.
Pero en un mundo digital donde la comunicación es tan fluida, sentimos presión cada vez que queremos escribir una carta digna de meterla en un sobre. ¿Debería mi carta ser más profunda? ¿Se entenderá mi letra? ¿Será demasiado corta? ¿Le interesará a la destinataria? ¿Pensará que es una tontería? Dudas que surgen siempre de esa voz interior que nos frena a hacer aquello que deseamos.
Esa maldita voz interior que estorba, patalea para que le hagas caso y te impide volver a escribir una carta.
Pero cuando la idea surge, y no sabes muy bien por qué lo hace, necesitas escribir esa carta.
Por eso estos próximos meses de Crea Como una Chica, vas a volver a escribir una carta.
Y lo vas a hacer de la mano de grandes escritoras y artistas. Entendiendo lo que significó la correspondencia para quien, a antes que nosotras, acortaron distancias y tiempo, y fortalecieron lazos a través de las cartas.
Nos sumergiremos en el universo de la pintora Roser Bru y aprenderemos a escribir cartas que superen el espacio y el tiempo. Volveremos a artistas que ya hemos conocido como Tove Johansen o Maruja Mallo, y nos adentraremos en un proceso personal en el que nos dejaremos acompañar por mujeres, que antes que nosotras, escribieron cartas.
Crea como una chica es un espacio autogestionado e independiente donde se visibiliza y se motiva la creatividad de las mujeres. Cada mes dedico a este proyecto decenas de horas de investigación, imaginación, dibujo y escritura. Si esta publicación aporta inspiración y enriquecimiento a tu vida, considera hacerte madrina y desbloquea todos los muros de pago.
Las cartas de Frida Kahlo a Bartolí se subastaron hace 10 años por 137 mil dolares.
¿Hubiese escrito Frida esas cartas si hubiese sabido que acabarían en manos de un coleccionista privado? ¿Qué habría hecho Emily Dickinson si hubiese imaginado que toda su intimidad con Susan a ser escudriñada con lupa por cientos y miles de personas?
Cuando las artistas y escritoras conservan cartas, esas conversaciones personales se convierten en fuente de inspiración para todas.
¿Qué hay de su intimidad? ¿Tenemos derecho a publicar esas cartas? Estas semanas también van a servir de lugar de reflexión sobre la intimidad y sus límites.
Nos adentraremos en la biografía de artistas, leeremos cartas de amor, conoceremos anécdotas y aprenderemos disposiciones tipográficas y formas sencillas de incorporar imágenes y creatividad a nuestras cartas.
Descubriremos cómo de importantes fueron las cartas como método de comunicación para muchísimas mujeres que otras épocas, tanto para sortear espacios de represión, como para crear redes de comunicación entre ellas.
Conversaremos con mujeres que escriben cartas, nos escucharemos las unas a las otras, nos recomendaremos libros, nos escribiremos postales y tendremos hasta un pequeño retiro digital dedicado a la escritura de cartas.
Solo hay una cosa que no haremos durante estos meses: crear un manual de cómo escribir una carta. Ya sabes, esas con instrucciones específicas donde se incluyen detalles sobre qué sellos comprar, qué papel, a quién escribir una carta…
Las que me conocéis sabéis lo que me entristece que la creatividad se haya convertido en un manual en lugar de una forma de exploración y expresión salvaje.
Y aunque lo entienda, ya que a todas nos falta el tiempo y tratamos de encontrar las baldosas iluminadas, siento que nos perdemos lo importante si dejamos de reflexionar, pensar y errar.
En realidad, no necesitamos que nadie nos diga cómo escribir una carta, a quién debemos enviarla o cómo debemos perfumarla.
Solo tenemos que coger papel y lápiz.
Escribir.
Escribir.
Escribir.
Y cerrar el sobre.
¿Quieres volver a escribir una carta?
Pues hazlo.
AHORA.
Tus ideas siempre tan inspiradoras, Vero.
Me voy an extender un poquito más para contar que durante mi viaje a Berlín, observé que mi amigo que vive allí abría todos los días el buzón para comprobar si tenía algo de correspondencia, pero de la bonita. En los 5 días que estuve no encontramos nada pero mi mente se iluminó y decidí escribirle una carta y enviársela, solo por el hecho de que esos segundos de encontrar una carta y que no fuese de un banco precisamente, se quedasen guardados para siempre.
Todavía no la he escrito pero me acabas de animar a ponerme ya de ya!
Escribo cartas a dos amigas y un amigo. He escrito a una desde hace cuarenta años. Me ayuda a pensar como cuando escribo en mi diario. Es muy diferente a email. Pero debería dibujar más! Gracias por tu sugerencia.