¿Te imaginas un retiro creativo en una flor?

Un método sencillo para pasar de la observación a la creación mediante las flores.

Llegó la pandemia, y todo se paró. Los trabajos, los encargos, incluso mi propia conexión con el mundo. Mientras miles de creativos decidieron compartir en Instagram ejercicios y procesos, yo, la reina de las gincanas y los disparadores, necesitaba estar conmigo misma, observarme y observar. Para muchas personas dejé de crear, pero lo único que hice es dejar de producir.

Aquellos meses, una pequeña orquídea a la que bauticé como Mar-isa por el nombre de algunas de las que me la regalaron cuando organicé un taller creativo en Reinventhadas, empezó a sacar la vara floral después de varios años sin dar flores.

Mi orquídea Marisa floreció así durante la pandemia.

Mediante aquella pequeña flor entendí la conexión estrecha entre el entorno exterior y la expresión artística. Al perder gran parte de mi entorno exterior durante la pandemia, sentí cómo necesitaba centrar mi creatividad en lo que tenía cerca y no en lo que era incapaz de alcanzar al otro lado de las pantallas. Comprendí cómo la observación y la creatividad bailan entre ellas para acabar dando resultados libres y espontáneos.

Durante aquellos meses de confinamiento no podía observar el mundo, pero Marisa crecía, florecía y demandaba agua. En un tiempo en el que todo se había quedado parado, mi orquídea cambiaba cada día.

Capturar la cotidianidad es una forma de captar lo que somos, cómo vivimos y qué nos interesa. En un momento en el que no podíamos salir de casa, lo cotidiano se reducía a su mínima expresión y entendí cómo de conectada estaba con todo lo analógico, y cuán desconectada estaba en realidad de las pantallas. Esa orquídea fue un símbolo, un espacio donde respirar, mi pequeño retiro creativo en tiempos de Covid.

Desde entonces, cada año regreso a mi pequeño retiro de las orquídeas. Hemos vivido una mudanza, y ahora Marisa tiene varias compañeras a las que también observo cada día y anoto todo lo que les sucede.

¿Puede una refugiar su creatividad en una flor? No sé, preguntémosle a Emily Dickinson, Georgia O’Keeffe o Beatrix Potter. Creo que ellas dirían que sí.

Durante estos años he ido mejorando la técnica de observación, y ha dado sus frutos: varios proyectos creativos han visto la luz inspirados o potenciados por esos retiros creativos en los que me dedico tiempo a mí misma.

Todo este proceso para mí es una herramienta indispensable cuando llega el momento de crear. Todos estos pensamientos, detalles y experimentos se convierten en el punto de partida desde el cual surge la creatividad.

Hoy te quiero compartir mi método, un paso a paso completo para que investigues tu creatividad desde otra perspectiva, para que te permitas tiempo para observar, pensar y crear. para que te regales un retiro creativo en una flor.

Verás, este es un recurso para las suscriptoras de pago y mis alumnas, gracias a las cuales esta newsletter vive, crece y florece como Marisa. Si ha llegado tu momento de sumarte y convertirte en madrina de Crea Como una Chica, te espero al otro lado del muro.

Un retiro creativo en una flor

El método se basa en tres pilares fundamentales que conectan la observación botánica con cualquier disciplina artística. Pasaremos de la flor a la creación mediante pasos sencillos que podrás acabar en menos de dos semanas. U hoy mismo, si eres de las que no tienes paciencia.

Primero observaremos sin pensar. Después, documentaremos bien nuestra flor elegida, la observaremos desde la razón, la memoria y la creatividad. Y para acabar, llevaremos esa flor a nuestra propia práctica artística.

A veces nos pasamos la vida buscando inspiración y métodos, pero no todos son accesibles por temas de dinero, tiempo o accesibilidad. Una flor siempre está ahí abierta para nosotras, y en esta guía vas a saber cómo sacarle todo el provecho creativo.

El retiro paso a paso.

PASO 1: Encuentra tu planta

Elige una planta que sea tu compañera creativa durante al menos una semana. Puede ser una de tus plantas, o la de tu vecina. Quizás prefieras una planta de tu barrio, o de tu trabajo. Puedes elegir la planta que quieras, el único requisito es que esa planta debe de estar disponible para poder visitarla durante unos días.